En 1910 nacía en Milán una nueva marca de automóviles: ALFA, acrónimo de Anónima Lombarda Fabbrica di Automobili. Para reflejar su fuerte identificación con la metrópoli italiana, el ingeniero Giuseppe Merosi diseña un logotipo similar al actual. En él aparece, en el lado izquierdo, la Cruz de San Jorge (roja sobre fondo blanco) que figura tanto en la bandera como en el escudo de Milán. En la derecha, inspirado por las figuras que vio en la torre del Firalete en la Piazza Castello, aparece una serpiente monstruosa, el Biccione. Rodeando el conjunto, un anillo de color azul con un ribete dorado y la leyenda “ALFA Milano” A ambos lados, dos nudos saboyanos, como homenaje a la dinastía reinante en Italia por aquellos tiempos.
La cruz de San Jorge es un elemento muy común en heráldica. Aparece en banderas, como la de Inglaterra o la de Cerdeña o en escudos de ciudades, como Barcelona, Almería, Génova o Montreal. Sin embargo, el Biccione devorando a un hombre es una figura poco habitual. Esta bestia aparece en el escudo de los Visconti, una familia aristocrática que rigió los destinos de Milán como señores y como duques, de ahí la corona encima de la serpiente, durante la Edad Media y parte del Renacimiento. Según la leyenda, esta figura está inspirada por las armas de un guerrero sarraceno vencido por los Visconti.
Después de la Primera Guerra Mundial, que coincide con la entrada de un nuevo propietario, Nicola Romeo, la marca se convierte en Alfa Romeo. Un cambio que se incorpora en el logotipo, junto a un borde plateado, ya que el dorado parecía un tono demasiado ostentoso al nuevo dueño.
Los años 20 y 30 supusieron una auténtica edad de oro para la marca, con el dominio de Alfa Romeo en la categoría reina de los deportes del motor en aquella época: los Grand Prix. La marca celebró su victoria en el Primer Campeonato del Mundo de Automovilismo añadiendo una corona de laurel al borde de su logo en 1925.
Tras la Segunda Guerra Mundial y el Referéndum de 1946, Italia se convierte en una República. Los nudos saboyanos presentes desde los inicios de la marca desaparecen, sustituidos por dos líneas onduladas mientras que la corona de laurel se hace más discreta.
Con el boom de la posguerra, Alfa Romeo se convierte en un fabricante de automóviles de serie. Esto conlleva una expansión continua de su gama de modelos y de su producción. Para fabricar dos nuevos automóviles, el Alfa Sud y el Sprint, la marca va más allá de su feudo lombardo para abrir una nueva fábrica en Pomigliano d’Arco, cerca de Nápoles, en 1972. Como consecuencia, en el rediseño del logo realizado por Pino Mantel desaparece la referencia a “Milano” y también el guion entre “Alfa” y “Romeo”. Una década después, el laurel de vencedor se elimina, se regresa a un borde dorado, que se añade también al contorno de la cruz roja y el biccione.
El logotipo actual se adoptó en 2015, coincidiendo con el lanzamiento del Giulia. Adopta un diseño moderno y minimalista, se recurre al color acero en fondos, contornos y caracteres y las formas se simplifican. Las dos mitades del símbolo ya no están separadas por una línea vertical
En cuanto al Quadrifolglio, fue idea del piloto de carreras Ugo Sivocci, que lo pintó en la carrocería de su Alfa Romeo para ahuyentar la mala suerte ante la dura carrera Targa Florio de 1923, en la que logró la victoria. Su trébol de cuatro hojas estaba en el centro de un cuadrado blanco, para representar los cuatro miembros que competían en la escudería.
La segunda parte de su historia llegaría dos meses después, en el Circuito de Monza, donde Ugo Sivocci era el encargado de probar el Alfa Romeo P1, el primer automóvil de la marca diseñado para competir en los Grand Prix, la categoría reina de la competición en aquella época. Su vehículo, en el que no estaba pintado el trébol de cuatro hojas, acabó estrellándose en la primera curva. Sivocci fallecía en el acto. Una tragedia. Tras este accidente, Enzo Ferrari decidió pintar el Quadrifoglio, como homenaje póstumo, en todos los automóviles de competición de la marca, una tradición que se ha mantenido desde entonces El cuadrado blanco se convertiría en triángulo, para reflejar la pérdida que supuso la tragedia de Monza.
Además de ser una seña de identidad de los equipos oficiales Alfa Romeo, el trébol de cuatro hojas también distinguen las versiones de mayores prestaciones y espíritu deportivo de la marca, como los Alfa Romeo Stelvio y Giulia Quadrifoglio.
En cuanto a la calandra triangular que identifica a los Alfa Romeo, nació con el Alfa Romeo 6C 2500 Villa d’Este., vencedor de la prestigiosa “Coppa d’Oro” del jurado y el “Gran Premio Referendum”, otorgado por el público, en el Concurso de Elegancia de Villa d’Este. Un automóvil icónico que ha dejado huella en el estilo de la marca.